La nueva psicología espiritual
Publicado: 27 de diciembre de 2001
Palabras clave:
Psicología Espiritual, Objetos, ExperienciasResumen
Si admitimos que una ciencia es una porción del saber sistemático, es decir, una multiplicidad de experiencias y de conceptos, de una parte, y de juicios y de conclusiones, en relación con experiencias y conceptos, de la otra, todo ordenado y reducido a la unidad gracias a ideas e hipótesis; la psicología, en su estado actual, difícilmente puede ser considerada como una ciencia en el sentido riguroso del término. En efecto, la multiplicidad de experiencias de las cuales ella se compone, difícilmente permite reducirla a una unidad de ideas fundamentales y de métodos, a una síntesis unitaria de tendencias. Nuestros conocimientos relativos a aquello que hay de general, de explicable, de causal y de elemental en los fenómenos psicológicos y, más especialmente, en sus condiciones y expresiones corporales, pueden estar bien coordinados, de modo que constituyan una ciencia natural, empírica y positiva; en contraste, el conocimiento de lo individual, de lo comprensible, del final y del total -lo más característico en los fenómenos psicológicos, lo mismo que en la Historia-, no puede tener lugar más que en las ciencias llamadas morales, culturales, o ciencias del espíritu. La unidad de la Psicología, en tanto que ciencia, constituye más una aspiración, por el momento irrealizable, que una realidad adquirida.
Si esto es así, podemos definir la Psicología como la disciplina, sin base teórica unitaria, que trata de la vida mental, considerando tanto la estructura, la significación y la finalidad de sus manifestaciones como sus expresiones y condiciones corporales y su medio (mundo objetivo: naturaleza y cultura; ambiente social). De manera que, así como la psicología fisiológica considera los fenómenos corporales que condicionan y expresan la vida del alma, la psicología espiritual debe estudiar aquello que se refiere a la actividad psíquica del individuo, relacionada con el mundo de la cultura. También es legítimo considerar tres planos de la vida mental: 1. el plano inferior, que es el de la psicología fisiológica; 2. el plano medio, que es el de la psicología propiamente dicha, o psicología del alma; 3. el plano superior, que corresponde a la psicología del espíritu. Es sobre todo a lo largo de estos últimos años, y gracias particularmente a Edouard Spranger y a Max Scheler, que el estudio del plano superior de la vida psíquica ha cobrado importancia, si bien ya a fines del siglo pasado Wilhelm Dilthey había formulado al respecto algunas ideas directrices. Nos proponemos mostrar en este artículo lo más característico de este novedoso aspecto de la psicología.
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